8 de julio de 2015
¿Contanos como fue tu papel/personaje en esta ficción? Mi papel en la serie fue el de Elsa dueña, junto a su marido Sergio, de Cerámica Calvino que presenta la quiebra debido a que él se juega el sueldo de las empleadas y mal maneja su empresa manipulando todas las situaciones y llevando una vida de excesos. Una vida de aparente riqueza con un trasfondo complejo. ¿Cómo te recibió Tandil? ¿Cómo fue instalarte aquí durante casi 2 meses? Para los actores siempre es una experiencia enriquecedora grabar o filmar en otro lugar que no sea Buenos Aires, uno se concentra más en el trabajo, en el personaje y convivís con tus compañeros de trabajo, creas vínculos mucho más sólidos. Gran experiencia trabajar con gente tan joven, y muchos de ellos que lo hacían por primera vez. Ese trabajo me acercó muchísimo más a otras áreas, como la producción y el vestuario, porque el equipo tenía una actitud muy humilde y me nacía acercarles con amor mi conocimiento. Cuando se cometía algún error rápidamente se resolvía porque teníamos un diálogo amistoso y fluido. ¿Cómo fue la experiencia de compartir las locaciones reales con los obreros y obreras de las fábricas? Fue extraordinario grabar en las mismas fábricas, con los obreros presentes, protagonistas de la verdadera historia de toma y recuperación. ¿Anécdotas y experiencias que hayas vivido a lo largo del rodaje? La YAPA era que cuando tenía un día libre me cruzaba del hotel Piedras del Lago al restaurante Cangrejo, donde el dueño junto a su familia me atendían de maravillas mientras yo leía un libro de Murakami muy tranquila y feliz. Los domingos hacíamos asados en el lago con las familias de la maquilladora (Sara) y la vestuarista (Valeria). Compartíamos con Belén Blanco largas caminatas y también almuerzos y paseos por el Cerro Centinela con mi amigo Bruno, productor de la serie, nos sacábamos fotos cual turistas. Cuando volvía a Buenos Aires siempre me traían los mismos remiseros con quienes mantenía largas charlas, yo les contaba cuánto me gustaba la vida que hacía en Tandil. Lo único difícil fue el calor de las jornadas de grabación en la fábrica, un calor necesario para la cerámica pero imposible para un equipo de filmación, era más de 40º creo. De todos modos a la vuelta siempre estaban ese aire fresco y las estrellas esperándome. Veía por la ventana del hotel cómo la gente caminaba hacia el lago, mujeres grandes, familias, jóvenes, perros, todos para el mismo lado con sus equipos deportivos y pensaba: Qué ganas de vivir así!!! En la serie los protagonistas son Belén y Marcelo, que tienen una historia de amor. Yo acompaño con mi personaje a Víctor (Laplace) y a la gente de la Universidad más que nada con el deseo de que las cosas salgan bien para que se repitan estas experiencias. Para que no sea un hecho aislado y no quede en una experiencia atípica nomás. En todas partes hay historias que contar y gente talentosa. Hay que dar las oportunidades nomás. Centralizar todo en Buenos Aires es limitarse, es limitarnos como argentinos. Sé que llevó mucho esfuerzo, que no es ni fue fácil
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